el dedo en el ojo: octubre 2005

lunes, octubre 31, 2005

El cadáver de la novia (Corpse Bride, 2005)

En los filmes de Tim Burton, la muerte y los muertos son invitados habituales. Basta recordar a la pareja protagonista de Beetlejuice, espectros confinados en su antigua casa; a Gatúbela en Batman regresa, vuelta a la vida con poderes gatunos y sed de venganza; el Jinete sin Cabeza de Sleepy Hollow, film en cuya trama se juntan lo fantástico y lo detectivesco; entre otros. El cadáver de la novia retoma las relaciones entre vivos y muertos. Burton combina aquí elementos de la comedia romántica, los dramones victorianos, la novela gótica y el musical, dentro de una representación visual animada. El resultado es, como de costumbre, delicioso y digno de verse pues, a pesar de la insistencia en el matrimonio, los dos grandes momentos del film están a cargo de unos muertos fiesteros y bonchones, mucho más simpáticos que los vivos, quizás demasiado pendientes de ajustarse a lo que la sociedad espera de ellos.


María Gabriela Colmenares
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 27 de octubre de 2005

Hormigas en la boca (2004)

Con más aspiraciones que logros, esta coproducción hispano cubana intenta contar una historia al estilo del cine negro norteamericano. Un sensible republicano catalán, él solito, logra dejar en ridículo a la guardia civil española y a unos cuantos esbirros de la época de Batista. Mientras, investiga a una muerta que en realidad está viva. Demasiadas complicaciones para un filme vacío de proposiciones estéticas o ideológicas donde, como mucho, el futuro nos depara un mar de felicidad.


Ricardo Azuaga
Publicado en Ultimas Noticias el Jueves 27 de octubre de 2005

La tribu en el poder

La Ley de Cinematografía Nacional (2005) permite al Centro Nacional de Cinematografía (CNAC) tener un presupuesto anual cercano a 172.000 millones de Bs. En una nota anterior señalamos lo bueno y lo malo de un presupuesto tan desmesurado. Pero hay mucho más que lamentar: (1º) En el Consejo Nacional Administrativo, el grupo de Fedecamaras tiene el 40 % de los miembros, con lo cual pueden bloquear cualquier candidatura al Comité Ejecutivo e imponer en el Comité la misma tribu de los personajes de siempre, que gastarán los enormes recursos del CNAC como les plazca; (2º) La participación de la gente fuera del negocio, tales como los espectadores, las asociaciones de cultura fílmica y las universidades sigue siendo casi nula; (3º) No aparecen las Comisiones de Estudio de Proyectos, de Premios a la Calidad y de Cultura Cinematográfica que permitirían un mínimo de pluralidad; (4º) Ahora las televisoras y demás empresas pueden descontar del monto de su impuesto sobre la renta lo que inviertan en producir películas venezolanas. Se ganan así, sin gastar un centavo, todo lo que sus películas produzcan y cubren las cuotas de exhibición obligatoria de cine venezolano, dejando afuera todas las demás producciones independientes. Tremendo negocio. Cero participación.


Alfredo Roffé
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 27 de octubre de 2005

La guerra contra el consumidor

Con estruendosas fanfarrias se viene anunciando la guerra entre dos nuevos formatos que substituirán al DVD. El Blu-ray (Apple, Sony, Disney, Twentieth Century y otros) contra el HD DVD (Microsoft, Universal, Warner, y otros). Cualquiera que sea el vencedor, la verdadera guerra es contra el público, eterno perdedor, que tendrá que comprar nuevos equipos y soportes y comprar otra vez las películas que quiera tener. El Beta fue el primer golpe, luego los videodiscos, luego los VH, y ahora los DVD entran en la lista. La industria del entretenimiento audiovisual sobrevive con este tipo de mecanismo que va dejando atrás trillones de toneladas de detritus. Olvídese del ahorro y del reciclaje.


Alfredo Roffé
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 27 de octubre de 2005

viernes, octubre 21, 2005

Cine español

Inconscientes (2004). Una brillante farsa agridulce sobre el psicoanálisis, ambientada en España hacia 1910. Varios cuentos, cada uno con cierta autonomía, todos divertidos e ingeniosos, conectados por la búsqueda de un desaparecido y el encuentro de si mismos de la pareja de héroes. Un modo de representación totalmente institucional (convencional) y algunos gags (efectos cómicos) extraordinarios, de antología. Lástima el final un tanto moralista y algo aburrido.

Una razón para vivir (Planta 4ª, 2003). Las aventuras de cuatro adolescentes ¿con cáncer? en un hospital de lujo. Insoportable ristra de escenas lacrimógenas, descollando el reencuentro de uno de ellos con su padre, alternadas con escenas ¿cómicas?, descollando la masturbación colectiva del grupo. Como no sabían terminar la historia le acuñaron un concierto cacofónico de un ignoto grupo hispano. Es difícil discernir si la indigencia del relato es mayor o menor que la indigencia de la construcción.

Alfredo Roffé


Reinas (2005). Los españoles tan desfachatados como siempre y sus comedias más simples que nunca. En este caso, las cuatro actrices más populares del cine español con ocho chicos guapos intentan una mezcla entre Mujeres al borde de un ataque de nervios y La jaula de las locas. Sólo que ahora las locas son los hijos y no los padres mientras las mujeres buscan quien atienda sus necesidades sexuales. Todo con tan poca gracia que, en Reinas, las actrices se ven deslucidas y repetitivas y los jóvenes poco pueden hacer por ellas.


Ricardo Azuaga
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 20 de octubre de 2005

La ley y el orden

Es con este título anticuado y oficialista que una de las series más estables en popularidad se mantiene en pantalla, con un esquema estrictamente apegado a esta consigna: en la primera parte la policía descubre y captura al criminal y en la segunda los fiscales lo acorralan en el tribunal. Los personajes fijos, intachables e inconmovibles; los de turno, inspirados en las páginas rojas locales. Un mundo conocido, seguro y tranquilizador. Pero la industria debe introducir, en un momento dado, alguna alternativa novedosa que al mismo tiempo garantice la fórmula básica del producto. El incansable creador de la serie, Dick Wolf, ha inventado para ello un tríptico, ofreciendo dos variantes basadas en unos cuerpos policiales especializados que comparten la introducción en la intriga del llamado “morbo”, que eso sí está de moda hace rato. Seguramente, el negocio de La ley y el orden se habrá salvado y reforzado; pero ahora el honesto ciudadano está en manos de unos inestables emocionales como los detectives Stabler y Olivia, o neuróticos borderline como Goren, el ya mítico maniático Vincent D´Onofrio.


Ambretta Marrosu
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 20 de octubre de 2005

sábado, octubre 15, 2005

Un casamiento inolvidable (Casomai, 2002)

Mientras los españoles celebran la aprobación de la unión legal entre personas del mismo sexo, Alessandro D´Alatri, director de Un casamiento inolvidable (2002), nos recuerda los efectos negativos del matrimonio. El filme parte de comparar el matrimonio con una pareja de patinadores de hielo, ejemplo de armonía a pesar de que la música no siempre los acompañe. Y así será la posible unión de unos personajes que antes de casarse llevan una relación casi ideal. Se trata de un filme sencillo que no pierde su confianza en la pareja, sólo intenta mostrar los efectos que el matrimonio como institución puede producir en los individuos, la familia y en el medio social y laboral mientras vuelve la mirada, también, al modo como todo esto influye en la relación ya institucionalizada. Pese a la publicidad, tal vez ésta no sea una comedia propiamente dicha, pero sí se trata de un filme inteligente.


Ricardo Azuaga
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 13 de octubre de 2005

Derecho a réplica

Hemos recibido del Sr. Juan Carlos Lossada la solicitud de publicar la siguiente réplica: “Según lo publicado por Alfredo Roffé en la columna “El Dedo en el ojo” en este diario el pasado 22 de septiembre, aclaramos, que no se trata de una nueva ley de cine, sino de una reforma parcial a la de 1993; por lo que el calificativo de “refrita” es impreciso. Al indicar Roffé que la legislación cuenta con una sola novedad, desconoce tres de los grandes logros: Cuota de pantalla (Garantía de 3 a 12 semanas de exhibición para el Cine Nacional), cuota de copiado (20% de copias de películas exhibidas en el país deben realizarse en laboratorios venezolanos) y cuota de distribución (20% de la oferta cinematográfica debe satisfacerse con películas venezolanas o independientes de alta calidad artística), adicionalmente de la creación de Fonprocine, que permitirá que el Cine Nacional cuente con recursos propios provenientes de las contribuciones y tasas especiales de distribuidores, exhibidores, televisoras, laboratorios y productores de cine, y que recaudará entre 20 y 30 millardos en el primer año, por lo que el monto exorbitante de 172 millardos afirmado por Roffé sextuplica el presupuesto real del fondo. Finalmente, la contraloría social que se puede ejercer sobre el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), por parte de los 26 millones de venezolanos, así como de cualquier gremio o federación, es y será bienvenida, además de necesaria. Juan Carlos Lossada Presidente del CNAC”.


Publicado en Ultimas Noticias el jueves 13 de octubre de 2005

Idem

En cuanto a las presuntas “novedades” que señala Juan Carlos Lossada basta recordar que hace 32 años, en la resolución del Ministerio de Fomento 1.666 del 16.4.73, en su Artículo 11, se estableció la cuota de pantalla para películas venezolanas, así como la participación de los distribuidores, y en su Artículo 15 la obligación de procesar copias de parte de las películas a ser distribuidas en el país, en términos muy parecidos a los de la Ley de 2005. También se encuentran en los Decretos 3.058 y 3.059 de CAP, del 6.2.79, pocos días antes de entregar el poder, y parcialmente en el Decreto 1.612 de LHC, del 4.9.82. Por eso no consideramos que fueran “novedades”. Lossada debe documentarse mejor. En cuanto a las cifras sí hubo un error. El CNAC tendrá 172.000 millones para gastar el tercer año y no el primero como se publicó. Pero las cifras que maneja Lossada son irrisorias. El impuesto sobre los ingresos brutos de la TV abierta y por cable es de 0,5 % el primer año y 1,5 % el tercer año. Según las estimaciones de la Asamblea Nacional proyectadas al 2005-6 deben ser más de 70.000 millones el primer año. Con los demás ingresos el total debe superar los 82.000 millones. En verdad son cifras muy, muy atractivas.


Alfredo Roffé
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 13 de octubre de 2005

Tierra de los muertos (Land of the Dead, 2005)

Con La noche de los muertos vivientes (1968, Night of the Living Dead), George A. Romero se convirtió en un cineasta de culto. El término “culto”, en esta acepción, expresa la adhesión irracional -o el rechazo igualmente desprovisto de todo argumento- a determinados filmes o directores, por parte de un pequeño pero persistente grupo de fanáticos –o detractores. A lo largo ya de cuatro décadas Romero ha explotado el argumento de los muertos que, por errores de la carrera espacial, se reaniman y se dedican a devorar a los vivos, convirtiéndolos a su vez en zombies. Sorprende la escasa capacidad de este autor para introducir variaciones en su fórmula original, ya que en Dawn of the dead (1978) y Day of the dead (1985) repite más o menos la misma historia de los vivos acorralados por los muertos en una situación claustrofóbica que da rienda suelta a todos los conflictos sociales e individuales, con énfasis en la presentación visual de la carne muerta y el canibalismo, aderezados con abundante sangre y cuerpos desmembrados. El culto a los filmes de Romero es explicable en términos de su bajo presupuesto, reflejado en una factura barata que el director no intenta disimular, y en la aspiración a un discurso político muy simplificado. Y es que el rechazo a Hollywood ha llegado a traducirse, en ciertos círculos, en la adhesión al cine barato, mal hecho y de mal gusto, por oposición a los estándares industriales y las superproducciones de gran presupuesto.


En Tierra de los muertos (2005, Land of the Dead), Romero resucita su fórmula veinte años después de Day of the Dead. En esta oportunidad, algo cambia. Por una parte, la factura no es ya tan barata, aunque el mal gusto se mantiene como muestra de coherencia autoral. Por otra parte, el título ya no contiene una referencia temporal, es decir, no es la noche, ni el amanecer, ni el día. El significado tiene implicaciones territoriales y la historia es, precisamente, la de cómo los muertos vivientes adquieren una cierta capacidad de comunicación y logran, gracias a ella, atravesar las barricadas de la ciudad en que los vivos habitan, confinados por la amenaza de los zombies. Para deleite de los teóricos poscoloniales el film, por su ambigüedad semántica, se presta a toda clase de lecturas seudopolíticas, revolucionarias o no. Zombies como aliens, zombies como excluidos, vivos como opresores o como oprimidos, guerrilla urbana muy parecida a los Hell’s Angels, un malo riquísimo apellidado Kaufman, inmigrantes de origen hispanoamericano, un enorme rascacielos que atrae a los zombies para atacar la ciudad, mujeres buenotas, marimachas o buenotas marimachas… En fin, lo que podríamos llamar un auténtico arroz con mango de referencias que cada quien puede interpretar de acuerdo con su ideología, con el estado de su humor en el momento de ver la película, con los niveles de corrección política aprobados por su comunidad o según los ataques terroristas más recientes.


María Gabriela Colmenares

sábado, octubre 01, 2005

Vuelo nocturno (Red Eye, 2005)

Wes Craven, realizador de Pesadilla en la calle del infierno (1984) y la serie Scream (1996, 1997 y 2000), dio fuerza al cine de terror protagonizado por adolescentes –su público tradicional- y remodeló algunas de las principales claves del género. Cineasta cinéfilo y narrador eficaz, hizo explícitas las convenciones del terror con toda seriedad (Pesadilla) y también con humor (Scream 2 y 3). Luego de un relativo silencio, durante el cual produjo Drácula 2000 (2000, Patrick Luisser) y escribió varios guiones, Craven estrena dos filmes: Cursed y Vuelo nocturno (Red Eye). Este último es un thriller inteligente que logra, sin demasiadas pretensiones, el propósito de mantener en ascuas al espectador durante los 85 minutos de proyección. Con un estilo narrativo clásico y un sabio empleo del suspenso y la sorpresa; sin chorros de sangre, melodrama, pirotecnia ni efectos especiales, Craven demuestra que, si de maestros se trata, es preferible Hitchcock antes que Tarantino.


María Gabriela Colmenares
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 29 de septiembre de 2005

http://glowria.typepad.com/mihai

El afiche de la bella pirata que utiliza el Seniat para luchar contra la piratería de música y video se exhibe en este blog elaborado por el representante de una empresa distribuidora de DVD en Francia. Allí el autor reflexiona sobre la abundancia de mercancía pirata en Caracas y sobre el alto precio del producto original en comparación con su costo en Europa. Según el autor, esta abundancia se debe a la ausencia de políticas empresariales para acabar con el fenómeno, pues en países como el nuestro las empresas prefieren perder antes que adaptar los precios a la realidad nacional, cosa que parece posible y se ha aplicado en un mercado tan importante como el argentino. Falta preguntarse si el Seniat no ha pensado en su contrapublicidad: debe ser muy difícil decirle no a esa bella rubia (o al apuesto pirata que aparece en otros carteles).


Ricardo Azuaga
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 29 de septiembre de 2005

Videojuegos

Es la más reciente línea de la industria del entretenimiento, que ha tenido un crecimiento extraordinario. En EEUU cada persona juega en promedio dos horas diarias. Un 35% son menores de 18 años y un 43% tiene entre 18 y 49 años. El corte violento es entre los que crecieron manejando computadoras, adictos a los videojuegos, y las generaciones anteriores. Las tres grandes corporaciones transnacionales que dominan el mercado, Microsoft, Sony y Nintendo, en pocos meses venderán una nueva consola que permitirá imágenes mucho más realistas, casi cine. Serán más hipnóticas y permitirán más fácilmente la reproducción de estereotipos y prejuicios de los dueños de las transnacionales en la mente de jóvenes y niños. Pero el gran escándalo ha sido la inclusión en el juego Grand Theft Auto de imágenes de sexo explícito. Se ha renovado la discusión, como siempre sin conclusiones, sobre los efectos del cine-tv-juegos en el crecimiento de la violencia. Pero todos los analistas sajones coinciden en la maravillosa herramienta educativa que son los videojuegos. No mencionan su poderoso efecto reproductivo de los valores de las élites dominantes. ¿Y en Venezuela? Nada se dice, pero el MinCultura está dedicado a la preparación del Primer Festival de Sordomudos con la Revolución.


Alfredo Roffé
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 29 de septiembre de 2005

Alfredo Sadel: aquel cantor *

El filme Alfredo Sadel: aquel cantor (Alfredo Sánchez, Venezuela, 2000) nos muestra varias facetas del artista: el ejemplar hijo y padre, el luchador político, el talentoso cantante de ópera y –sobre todo- el cantor del sentir popular. Es decir, el hombre que interpretó todos los boleros, los valses, los pasodobles y los joropos. Cosa que también han hecho Julio Iglesias, Nana Mouskouri, Plácido Domingo con sus otros dos tenores, y que está a punto de lograr Luis Miguel, entre otros. Es decir, se nos muestra eso que los medios masivos llaman el lado humano de una personalidad pública –o sea, de un político o de un artista casi exclusivamente-, como si el ser artista o político excluyera el ser humano. O al menos eso es lo que se entiende cada vez que escuchamos tal tipo de afirmación en la radio o en la televisión.


En todo caso, el lado humano de cualquier humano famoso se reduce, según nos han enseñado la prensa y la televisión gringas, a contar unas cuantas anécdotas personales –si tienen un tono oscuro, sórdido, o cuando menos melodramático, mejor- que pueden elevar a cualquier no gente a la categoría de Premio Nobel de la Paz. O, por el contrario, degradar a un artista genial a la categoría de subhumano por el hecho de haberle dado una nalgada a su hijo en público.
Tal como está construido el filme de Sánchez, Alfredo Sadel: aquel cantor puede ser considerado en cada uno de los aspectos de la vida de Sadel arriba citados para luego comentarlo en su globalidad. En primer lugar, está la infancia del cantor. Caraqueño, de origen humilde, abandonado por el padre y criado por mujeres –madre y tía, claro está-, no puede resultar un mejor ejemplo de tesón, de ese hombre popular que también comenzó desde pequeño y que logró surgir a punta de esfuerzo, ingenio y un insuperable talento para algo.


Y no quiere decir esto que el ascenso social de Alfredo Sadel carezca de méritos. Es que el autor del filme expone esa característica de manera tan codificada que resulta excesivamente estereotipada y, lamentablemente, con un estilo casi siempre utilizado para exaltar la figura de personalidades públicas, pero pocas veces populares.


La segunda parte evoca los inicios del cantante y sus primeros reconocimientos nacionales. También es la parte dedicada a la lucha política. Sadel es mostrado como un hermoso ejemplar del sexo masculino, sexy –no podemos negar que sí alcanzó mucho éxito entre las jóvenes de los 50-, con una espléndida sonrisa Pepsodent, comedido ante las fiestas, las opiniones y los vicios, garboso y distinguido. Es también la época en que empezará a mostrar cierta simpatía hacia Acción Democrática.


Aparte de su notable ascenso, esta parte del filme destaca ciertas características políticas de la personalidad de Sadel. Un pequeño problema: el texto destaca como una gran cualidad del hombre el hecho de no haber aceptado públicamente, nunca, vínculo alguno con Acción Democrática o con la política –salvo el estar casado con la hija de uno sus líderes-. Cabe la duda: ¿realmente es esto una cualidad? ¿Lo era para la época? Lo es hoy, en todo caso, y en especial lo consideran una cualidad algunos jóvenes y otros no tan jóvenes algo disfuncionales, entre los que se cuentan ciertos cineastas… “jóvenes”.


La tercera parte recrea el gran éxito –bastante duradero, por demás- de Sadel. Es en esta etapa de su vida cuando Sadel abandona la música popular para estudiar y dedicarse a la ópera. Quizás sea ésta la parte más interesante del filme pues se presenta, aunque de manera muy velada, cierta polémica sobre si ésta fue una decisión acertada o no por parte del cantor.


Luego de esto, el dramático final del cantante, su enfermedad, los homenajes –uno en el Teatro teresa Carreño y otro en Miraflores, donde Carlos Andrés Pérez, presidente de la república, con lágrimas en los ojos (imagen impresionante y casi inolvidable por tratarse de quien se trata) impone una condecoración al cantante- y después su muerte. ¡Imágenes del entierro acompañadas por la voz de Ilan Chester interpretando su empalagosa versión del Himno Nacional!


En cuanto a la forma de construcción de la obra, se debe destacar la habilidad del autor, quien a través de diversas grabaciones y testimonios logra que sea el propio Sadel quien narre el filme. De ese modo se evita el tono afectada y falsamente dulzón de Chile Veloz interpretando -¿o imitando?- a Edgar Anzola en El misterio de los ojos escarlata (Alfredo Anzola, Venezuela, 1993) o el tono lírico-sentimental-patriótico-objetivo de José Ignacio Cabrujas o de Jaime Suárez en los documentales sobre Medina Angarita y López Contreras y Rómulo Betancourt, respectivamente.


Por último, y tal vez el más significativo de los aspectos, está el manejo de las entrevistas. Ya se ha dicho hasta el cansancio: el filme pretende reafirmar la imagen de Sadel como personaje y cantante popular -sea través del bolero o el canto lírico-. Sin embargo, las personas seleccionadas para hablar del lado humano de Sadel no son, precisamente, personajes del pueblo. Se trata, por nombrar sólo algunos, de Plácido Domingo, José Balza, Libertad Lamarque, Lucho Gatica, Armando Manzanero y algunos ejecutivos de la industria del cine norteamericano que tuvieron el placer de conocerlo. Son éstos, intelectuales, artistas, empresarios extranjeros, estrellas del cine y la música, quienes hablan del artista popular, pero ni un personaje del pueblo. Por decir algo, la señora que fue a verlo al Teatro Nacional, o el señor que conquistó a su actual esposa con las canciones del artista, o el quiosquero del centro que ha hecho de su punto de venta un templo dedicado a la figura en cuestión. Es decir, se ignora completamente la representación del pueblo aunque la intención del filme sea reconstruir la imagen de una figura popular.


Ricardo Azuaga

*Con motivo de la exhibición, al parecer exitosa, del filme Alfredo Sadel: aquel cantor en el cine Paseo Plus se citan fragmentos de la nota crítica publicada en Cine-oja, Nº 30 (diciembre 2001) en el momento de su estreno.