el dedo en el ojo: febrero 2007

martes, febrero 20, 2007

Diamante de sangre (Blood Diamond, 2006)

Un título cursi, una (tele) novela políticamente correcta, un producto cinematográfico de discreta calidad. Siguiendo los pasos a un afrikáner metido a contrabandista de diamantes (Leonardo Di Caprio), la película muestra la violencia sangrienta que desgarra gran parte de las naciones africanas, en este caso Sierra Leona. Zwick se las arregla para evidenciar que es imposible tomar partido en la sinrazón de esas guerras infinitas e implacables entre ejércitos regulares, “aliados” extranjeros y guerrilleros, centrándose en la cuestión de los diamantes, según él sustrato de la situación al ser fuente de la compra de armas. Para ello, introduce el personajes de un minero forzado que encuentra y logra ocultar un gran diamante rosa y cuyo norte es recuperar a su familia (Djimon Hounsou) y una periodista estadounidense empeñada en descubrir y revelar la responsabilidad de los grandes empresarios de su país en el asunto (Jennifer Connelly). Personajes que tienen también el cometido de penetrar el endurecido corazón de Di Caprio, quien termina propiciando el éxito de las aspiraciones de ambos, vencido por la tesis de hacer el bien hasta donde llega la cobija. Estamos de acuerdo: los “blancos” sólo pueden salvar sus almas.


Ambretta Marrosu
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 8 de febrero de 2007

lunes, febrero 19, 2007

Violación de domicilio (Breaking and Entering, 2006)

Una historia convencional. Una pareja en crisis, Will y Liv, él arde en pasión al encontrar a Amira, el fuego se apaga. Will y Liv se reencuentran y viven felices para siempre. Este no es un problema ya que hay grandes películas con historias convencionales. Pero no es el caso de Violación de domicilio, de Anthony Minghella. ¿Por qué? El grupo de actores es excelente, el ambiente socio-urbano sugerente, el montaje y la fotografía completamente fluidos, neutros, nunca marcan su presencia, hay dos historias secundarias interesantes, en fin, ingredientes finos. Sin embargo el resultado es un insuperable soporífero. Probablemente porque todo lo que pasa es previsible. Al comienzo de cada escena el espectador sabe a ciencia cierta lo que va a pasar, y lo que pasa en la escena es lo que había supuesto el espectador. Es una rareza que exista un film con una carencia tan absoluta de originalidad.


Alfredo Roffé
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 8 de febrero de 2007

domingo, febrero 18, 2007

La oscuridad (The Dark, 2005)

Otra película de muertos que regresan. Esta vez una madre fastidiosa y su hija insoportable viajan a Gales para encontrarse con el padre de la niña que vive en una casa solitaria. En cuanto llegan, la niña es literalmente tragada por el mar. Aparece el fantasma de otra niña que vivió en la casa años atrás. Como desde el principio se ha hablado de mitología gala y del país de los muertos, sabemos que el viaje se realizará. Hay una historia paralela de creencias, pestes y suicidios colectivos. La primera parte del filme se sostiene gracias a una sugerente puesta en escena y un montaje que alterna ritmos lentos y rápidos. Pero la trama se complica y la película se alarga y se alarga tratando de alcanzar un final convincente. Un dato curioso: en el país de los muertos hay alcantarillas y cloacas, al parecer los difuntos también tienen sus necesidades fisiológicas.


Ricardo Azuaga
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 8 de febrero de 2007

sábado, febrero 17, 2007

El CNAC, la Villa y la Plataforma

El medio cinematográfico nacional ha mostrado algo de actividad en semanas recientes gracias a los cuestionamientos del cineasta Franco de Peña, los cuales generaron una polémica de escaso nivel entre éste y los funcionarios gubernamentales del área. En dicha polémica, los funcionarios (Sesto, Almarza y Lossada, entre otros) dieron a conocer datos que, de otra manera, difícilmente estarían a disposición del público. Aprovechémoslos para formular algunas interrogantes. En 2006, a pesar de sus altas recaudaciones, el CNAC otorgó apenas 8 millardos al financiamiento de la producción. La Villa del Cine anuncia para 2007 un presupuesto de 28 millardos para la misma actividad. El CNAC, Instituto Autónomo creado por Ley, debe responder a los contribuyentes y a los cineastas con: 1) cuentas claras sobre la ejecución del presupuesto; 2) evaluación, basada en la calidad y llevada a cabo por un comité de representantes de distintos sectores, de los proyectos de los cineastas. La Villa del Cine, en cambio, es una fundación creada por decreto y, si bien el Ministro anunció inicialmente que prestaría “servicios para cualquiera que haga cine en Venezuela”, ahora, según el mismo Sesto, es una productora que “produce lo que a sus autoridades les parece que es adecuado en este momento”. La Villa, entonces, funciona cual empresa hollywoodense, pues reniega de sus obligaciones con los contribuyentes y los cineastas y produce sólo lo que su directiva, una cúpula designada por el Ministro, decide en función de los intereses de su propietario, el gobierno. ¿Seguirá languideciendo la función financiadora del CNAC y se concentrará la producción en la Villa? Es lo más probable, pues mientras el CNAC puede financiar proyectos ajenos a la ideología chavista, la línea de la Villa es la del gobierno: relectura revolucionaria de los héroes de la patria (Miranda y Zamora), coproducciones con Cuba, historias de justicieros populares contemporáneos, exaltaciones documentales de la revolución chavista, ideas argumentales de funcionarios interesados en la creación artística (La clase, del Ministro Sesto)… Llama la atención la existencia, en la Villa, de una Unidad de Proyectos destinada a “colaborar con los guionistas” para darles “una mirada crítica externa” al acto creativo. Tal unidad podría ser una respuesta al mito ampliamente difundido de que el problema del cine venezolano son los malos guiones. Pero podría tratarse de una instancia de censura previa, en la que se ajusten los guiones a las veleidosas y confusas directrices ideológicas de la revolución. De ser así, no quedarían dudas sobre el papel de la Villa como punta de lanza de la Plataforma del Cine.


María Gabriela Colmenares
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 15 de febrero de 2007

lunes, febrero 12, 2007

Niños del hombre (Children of Men, 2006)

Año 2027. Durante 18 años no ha nacido ningún niño en el planeta. La humanidad está condenada a la extinción. Gran parte del film de Alfonso Cuarón está dedicada a explorar su comportamiento ante la catástrofe. En este contexto se desarrolla una simple línea narrativa. El héroe debe llevar a una muchacha negra embarazada, extraordinario acontecimiento, a un grupo de sabios y científicos que vive en la clandestinidad. El enfoque sobre la sociedad y el hombre es muy pesimista. Ante el inevitable fin se pierden todos los valores que la mantienen cohesionada y se desata el individualismo. El mundo colapsa menos la Gran Bretaña donde el gobierno mantiene el orden mediante una fuerte represión, especialmente contra los inmigrantes. Esta parte del film está magistralmente realizada. Una gama de verdes ominosos tiñe las imágenes, casi siempre tomadas con cámara en mano, donde admirables movimientos de masas realzan el horror de lo que se muestra. El cuento del héroe y la muchacha y sus imágenes son convencionales, pero consigue superar el esquematismo, en base a la actuación y la selección de detalles que dan alguna profundidad a los personajes. Una curiosa y valiente película de alto nivel.


Alfredo Roffé
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 1o. de febrero de 2007

jueves, febrero 08, 2007

La conquista del honor (Flags of our Fathers, 2006)

Este director es capaz de retomar con seriedad y dignidad cualquier género, sea el western, como en Los imperdonables (1992), el policial o algún otro. En el caso de esta nueva película, Eastwood emplea el film bélico -destinado por la industria y por su valor propagandístico a la fabricación de héroes y mitologías de la guerra- para devolver a los héroes su cualidad humana y, por lo tanto, conflictiva y defectuosa. El relato se articula sobre tres temporalidades distintas: la conquista de la isla de Iwo Jima durante la 2ª Guerra Mundial por tropas estadounidenses, la instrumentación de los combatientes como valor de cambio simbólico –es decir, como héroes- al servicio de la moral colectiva y el financiamiento de la guerra y, finalmente, la visión de todo lo esto desde la perspectiva de una generación posterior. Para que no se diga que su punto de vista es exclusivamente estadounidense, Eastwood realizó Letters from Iwo Jima, próxima a estrenarse, en la que se muestra la perspectiva japonesa de la misma batalla.


María Gabriela Colmenares
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 1o. de febrero de 2007

miércoles, febrero 07, 2007

Pequeña Miss Sunshine (Little Miss Sunshine, 2006)

¿Cuáles serían los méritos de esta película realizada por Jonathan Dayton y Valerie Faris, una pareja que dirige video clips a cuatro manos? Contar una historia de perdedores que se creen triunfadores sin restarles dignidad. Demostrar que las familias disfuncionales se parecen mucho a las que uno conoce cotidianamente. Centrarse en los seis personajes principales y dedicarle largas escenas a sus discusiones y a la recreación de situaciones. Utilizar actores convincentes que no pueden ser considerados estrellas. Todo eso se agradece. Del otro lado están algunas soluciones narrativas un poco fáciles y previsibles que debilitan la historia, los personajes y algunos desenlaces. En el medio estaría el final feliz, que subraya el hecho de la familia disfuncional unida por afectos inexplicables; el adolescente mudo por voluntad propia, el abuelo cocainómano y el tío gay. Si el Oscar no logra lo contrario, la olvidaremos pronto. Pero se ve con agrado.


Ricardo Azuaga
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 1o. de febrero de 2007

jueves, febrero 01, 2007

Hotel Rwanda (2004)

Terry George, director irlandés, es guionista de El boxeador (1997) y En el nombre del padre (1993), dirigidas por su compatriota Jim Sheridan. Estos títulos muestran una inquietud social y política lúcida que se mantiene en Hotel Rwanda. Como en sus trabajos anteriores parte de un hecho real para retratar hombres que, con más o menos conciencia, jugaron un rol notable en las luchas de sus pueblos. Aquí narra la reacción de Paul Rusesabagina, un eficiente empleado de hotel, admirador de los occidentales (en especial de los belgas, colonizadores recientes del país), con oscuros contactos para proveer lujos a sus clientes. A golpes debe aprender que en su país se está viviendo una limpieza étnica, que él forma parte de la etnia genocida, que a los occidentales les importa poco lo que allí ocurre y que su familia será víctima de esos actos genocidas (que no genocidio, dictaminó la ONU). Con una aterradora masacre como contexto, una historia no muy original, pero con planos sugerentes y personajes bien construidos, el director consigue conmover y también reflexionar sobre la intolerancia, la ética y la responsabilidad histórica de los ciudadanos.


Ricardo Azuaga
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 25 de enero de 2007