La Villa de los cortos (II)

Se supone que los cortometrajes de la Villa del Cine deben destacar valores inherentes a los DDHH contemplados en la Constitución Nacional. Pero en los filmes no existe reflejo alguno de éstos. El melodrama no da para tanto. La debilidad de sus propuestas pasa por la cursilería de los guiones; la falta de ingenio en la puesta en escena; la carencia de propuestas expresivas que logren sugerir algo más allá de la simple muestra de una situación, con encuadres y actuaciones propios de la peor herencia televisiva; los finales felices y aleccionadores; la música empalagosa, toda igualita, con pianito, flautica y guitarrita; muchos niños muy sufridos; soluciones facilonas con lagrimita final, un chocolate que simboliza la amistad o un abrazo fraterno; pura gente buena y una pobreza en el uso de los recursos que resulta insólita, porque la plata se ve por todos lados. Cero audacias narrativas, estéticas o conceptuales. Todo es tan bonito y tan bueno que, si es que esto pasa por la supervisión de Francisco de Asís Sesto, habrá que pensar que el arquitecto está buscando su canonización.

Ricardo Azuaga
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 12 de abril de 2007