No a la demanda
Casi todos los habitantes del planeta consumimos productos de la industria del espectáculo y el entretenimiento. Pero no a todos nos tratan igual. En Caracas, la cartelera cinematográfica es un ejemplo de esa diferencia. En las 128 salas que aparecen en la prensa, apenas se exhiben 22 películas. La oferta es mínima y poco variada. Una ciudad europea, con algo más de millón y medio de habitantes, puede contar con 50 salas y exhibir más de 50 películas por día. Presentan películas de Hollywood, pero también europeas, algo de Asia o el Medio Oriente y hasta filmes latinoamericanos. El caso de la televisión nacional es también alarmante. Sin contar las televisoras del Estado con sus reiteraciones y repeticiones, el resto se limita a larguísimos bloques de telenovelas, pésimos programas humorísticos y de concursos y talk shows de dudosa credibilidad. Los miles de videojuegos existentes se basan casi exclusivamente en la acción, la violencia y los deportes. No hay mucho donde elegir. El público no demanda, compra lo que hay. Nadie nos trata como espectadores o usuarios. Sólo nos queda consumir.
Ricardo Azuaga
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 11 de mayo de 2006
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