La marcha de los pingüinos (La marche de l'Empereur, 2005)
La marcha de los pingüinos (Luc Jacquet, 2005) llega precedida por la fama de numerosos premios, entre los cuales el Oscar al mejor documental de largo metraje que por menos serio no deja de ser el más prestigioso internacionalmente. No sabemos si todos estos premios han sido merecidos porque no conocemos sus competidoras: el documental es un género que ha ido perdiendo cada vez más espacio de exhibición, al punto que el espectador común puede creer que es un producto inventado para los canales “educativos” de la televisión, entre los cuales National Geographic que, en efecto, participa en este financiamiento. Sin embargo, el cine documental conlleva(ba) originalmente un compromiso acerca de la relación, científica o existencial, del ser humano con la realidad. Aquí, como en la vieja serie “naturalista” de Disney y como en la TV, se establece una relación de orden antropomórfico-sentimental por la cual se percibe la fuerza, complejidad y belleza de la naturaleza como una especie de conmovedora desgracia. A costa de mucha información. La versión en español, al menos, nos salva del alto dramatismo de la voz de Morgan Freeman y, de todos modos, los pingüinos son interesantísimos.
Ambretta Marrosu
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 6 de abril de 2006
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