Rebeldes con causa (Wild Hogs, 2007)
Wild Hogs, de Walt Becker, debe su título al nombre que cuatro cincuentones le han dado a su grupito, en el que comparten el hobby de las motocicletas. Es una película blandamente cómica, es decir que sus chistes a veces hacen reir, a veces sonreir, a veces rechinar los dientes y otras gruñir. La trama se agarra del agotamiento del matrimonio y la profesión y de la supervivencia del mito de los salvajes motorizados de los 60. Lo cual se subraya mediante el “cameo role” de Peter Fonda al final de la aventura. Chatamente realizada por un maestro de obras sin inventiva, sólo podría dar pie a un apunte sobre el machismo que, simbolizado por la moto pero camuflado por la llorona autoironía del “hombre común”, cumple aquí puntualmente con los siguientes postulados: el hombre es libertario, sincero y audaz; la mujer, conformista o ramera que sea, es castradora; excepción, observable también muchas en otras películas, es la mujer dedicada a trabajar en bares o restaurantes, preferiblemente como dueña. Madre etenamente alimentadora, pues.
Ambretta Marrosu
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 19 de abril de 2007
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