Amigas con dinero (Friends with Money, 2006)
Eso que suele llamarse “cine independiente” de los Estados Unidos es algo sobre lo que cabría una mínima reflexión a partir de las siguientes interrogantes: ¿Es independiente con respecto a qué? ¿La supuesta independencia garantiza la diversidad en las propuestas y un valor estético mayor que el del cine llamado hollywoodense? ¿O se trata más bien de una cómoda estrategia de producción y de mercadeo que garantiza el interés del público aburrido de las fórmulas del cine industrial? ¿Se trata de una producción separada por completo de Hollywood o, por el contrario, existen vasos comunicantes entre ambas modalidades? La película de Nicole Holofcener constituye un buen ejemplo de una de las rutinas básicas de esta clase de producciones. Estrellas o actores muy conocidos y cotizados en Hollywood -de cine o TV- que bajan su tarifa; una directora proveniente de la televisión que gracias a un film independiente exitoso podría ingresar a las filas de la industria cinematográfica; una historia centrada en el universo privado de un pequeño grupo de personajes desconectados del resto del entorno –léase la sociedad, la cultura, en fin, el universo-; relaciones afectivas disfuncionales en varios niveles, etcétera. Es cierto que Jennifer Aniston, Catherine Keener y Frances McDormand dan interés a sus personajes; también es verdad que hay un par de situaciones bien resueltas y presentadas con sutileza. Es más, el film tiene algunos chistes realmente buenos. Pero predomina un torpe montaje alterno que salta de una historia a otra como en las series televisivas y le da la misma relevancia a todo lo que sucede en la trama. Independiente no necesariamente es mejor.
María Gabriela Colmenares
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 31 de agosto de 2006
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