La casa de los sustos (Monster House, 2006)

En Internet circulan mensajes de padres responsables advirtiendo contra Monster House: “es dañina para los niños”; "un adolescente confunde la palabra úvula con vulva, ¿es este un chiste apropiado?", "la película es racista". Sí, la película juega –léase bien, juega- con los terrores infantiles; muestra familias disfuncionales –como casi todas- y cuenta una historia de amor basada en el poder. Igual que Harry Potter, Pinky, Elmyra y Cerebro o Caperucita Roja, pero nadie dice nada. ¿Será porque aquí los personajes no aspiran al éxito, no quieren conquistar el mundo, ni hay familias ejemplares? Como sea, la película es una pequeña y grata sorpresa en medio de la temporada vacacional. Los niños van a estar aterrados un par de días. Después la recordarán con gusto. Como se recuerda una casa de sustos de feria. Nadie salió traumatizado de eso. ¿Los padres que se quejan de este filme son los mismos que van a ver las torturas de Hostel (E. Roth, 2005), los que se ríen a carcajadas en Loco por Mary (B. Farrelly, 1998) o dejan el videojuego al alcance de sus hijos para que maten latinos en NY?

Ricardo Azuaga
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 17 de agosto de 2006