el dedo en el ojo: diciembre 2006

miércoles, diciembre 27, 2006

El nuevo mundo (The New World, 2005)

Y Pocahontas aprendió inglés. El cuarto film en 30 años de Terrence Malick, director adorado por los cinéfilos, sigue la línea de los anteriores. Más o menos es un relato bucólico-pastoril, género muy en boga en el S. XVII pero que el cine ha resucitado. “Una naturaleza idealizada en cuyo marco unos pastores, también idealizados, viven una experiencia amorosa, haciendo partícipes de sus gozos y desventuras a los elementos del entorno natural: árboles, ríos, aves, animales, etc.” Lo único que cambia es que en lugar de pastores se trata de los primeros colonizadores ingleses que llegan a Virginia en 1607 y de los indios que allí habitaban. Todo lo demás es igual. Se añaden unas cuantas peleas entre indios e ingleses y una visita a Londres, con mansiones, nobles y jardines también poetizados. La idealización es el resultado de una muy rebuscada “belleza visual” donde todo es muy bonitico y donde la trama-drama no existe. Los personajes son ramas, olas, riachuelos, espigas con ojos torcidos, nariz, y boca que se mueven mecidos por el viento. A veces sueltan un discursito, con una voz en off, sobre lo maravilloso que es el universo. Para colmo dura 2 horas y media.


Alfredo Roffé
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 14 de diciembre de 2006

martes, diciembre 26, 2006

Babel (2006)

Un estilo galopante, invasivo, adverso a todo tipo de glamour. Estremecedor. Pero se le ha criticado a Babel el complicado artificio a través del cual entrelaza las historias que componen su relato, cuando justamente este absurdo mecanismo de causa-efecto es lo que permite asociar los cuantitativos de dolor, violencia y angustia que acarrea cada historia con la idea de una condición trágica que lo es especialmente por ser “global”. En cambio, sobran los antecedentes desgraciados, como la sordomudez, el suicidio materno o la muerte de un hijo, para los personajes que pertenecen a una civilización avanzada. Una pesada redundancia para destacar que las tribulaciones sin salida de pastores marroquíes y mexicanos fronterizos no necesitan de tanto melodrama para ser creíbles. Pero el objetivo se cumple: la simbólica ciudad de Babel, que da el título, advierte sobre un mundo global e íntimamente dividido.


Ambretta Marrosu
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 14 de diciembre de 2006

jueves, diciembre 21, 2006

Lifting de corazón (2005)

En 1992, Eliseo Subiela descubrió un filón que lo haría popular entre la seudointelectualidad sentimental, esa que sólo lee poesía –preferiblemente de segunda categoría-; que ama el bolero, el tango, el melodrama y todos los géneros afines. Esta película hispanoargentina continúa la línea de El lado oscuro del corazón, pero en versión para adultos que atraviesan la crisis de la edad madura. Como se trata de una coproducción, se intenta complacer tanto al público ibérico como al sureño. Hay un andaluz que se da cuenta de que está envejeciendo, hay una chica joven argentina, hay viajes de España a Argentina y viceversa, hay cuernos disfrazados de romance apasionado, hay una esposa –que sorprendentemente no asume el papel de víctima-, hay escenas románticas y tristes despedidas sazonadas con un piano inspirado en Richard Clayderman. También hay tangos, paseos turísticos por Sevilla y un taxista argentino que se las da de filósofo, letrado y consejero sentimental. En medio de todo este desborde sentimental sureño, aparecen 10 minutos de comedia de enredos española que pretenden impedir que el espectador se duerma antes del final.


María Gabriela Colmenares
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 14 de diciembre de 2006

miércoles, diciembre 20, 2006

Casino Royale (2006)

La más reciente entrega de esta serie parece confirmar que el agente 007 aspira a ser tan longevo como Matusalén. Claro que, para llegar a tan avanzada edad en la industria cinematográfica, el mercadeo exige cuotas periódicas de renovación que mantengan el interés del público. En el caso de James Bond, estas cuotas se cumplen en forma cíclica, gracias a la sustitución del viejo protagonista por uno nuevo. El inglés Daniel Craig es una mezcla de Steve McQueen y Vladimir Putin. En otras palabras, su Bond es rudo, tosco, serio, sin una pizca de sentido del humor y poco dado a disfrutar las cosas buenas de la vida. Nada de sexo gratuito, hedonismo consumista ni refinada burla. Nada de armas rocambolescas de supuesta alta tecnología ni carros lujosos acondicionados especialmente para el superespía. Por otra parte, el ritmo inicial de la película es vertiginoso, pero las acciones languidecen cuando aparece la heroína y traidora. A partir de entonces, 007 expresa sentimientos parecidos a los de un padre de familia. Allí comprendemos que se trata de un Bond realmente dramático. Qué fastidio.


María Gabriela Colmenares
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 7 de diciembre de 2006

martes, diciembre 19, 2006

Una navidad muy prendida (Deck the Halls, 2006)

En navidad podemos exhibir nuestro mal gusto sin temor a crítica alguna. Todos lo sabemos. Pero gracias a eso los gringos consiguen vendernos los más horripilantes adornos, artefactos y vestidos. También es la temporada donde nos toca ver las peores películas del año. Como este filme de John Whitesell, que parte de estas certezas, empieza muy bien y termina muy mal. En principio, trata de ridiculizar la ostentación y el afán consumista que dominan estas fiestas. También intenta jugar con la envidia que semejante decoración despierta en el prójimo y quiere burlarse de la clase media americana con sus familias ideales pero disfuncionales. Sin embargo, todo termina convirtiéndose en una historia cuya moraleja deja ver lo bonita que es la navidad. Porque nos une y nos pone sentimentales y tontos. Vivan las luces de colores, la escarcha y el anime. Tal vez si Danny de Vito y Matthew Broderick no estuvieran doblados al mexicano descubriríamos un poco más de sarcasmo en el filme.


Ricardo Azuaga
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 7 de diciembre de 2006

lunes, diciembre 18, 2006

Déjà Vu (2006)

Mucho se ha especulado en ciencia y en ficción sobre los viajes al pasado. Mientras se acepte la teoría general de la relatividad habrá un cierto consenso en que no son imposibles. Más polémica hay sobre la posibilidad de que regresando al pasado se pueda modificar, a partir de ese momento, el futuro. Esto crea ciertas paradojas. Si regreso a l898 y mato a mi abuela, entonces no habría existido mi madre ni yo mismo, y no podría regresar al pasado. Pero eso no le importa a los cineastas. Un terrorista vuela un barco y mata a la bella Claire. Gracias a una máquina inventada por algún dependiente de Bush, Doug Carlin (Denzel Washington), detective, regresa cinco días atrás, captura al terrorista, impide la voladura del barco y salva a la bella que obviamente termina en sus brazos. Todo bastante tedioso por las largas explicaciones “científicas”, las repetidas visiones del pasado antes de que Doug viaje y las muy fastidiosas persecuciones automovilísticas. Los penosos esfuerzos de Tony Scott por mantener la atención del público mediante un montaje de video-clip, o sea miles de planos frenéticos, fracasan entre los millones de bostezos.


Alfredo Roffé
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 7 de diciembre de 2006

jueves, diciembre 14, 2006

Un buen año (A Good Year, 2006)

...es el último producto del anglo-hollywoodense Ridley Scott, cuyo profesionalismo compulsivo no se arredra ante ningún fracaso, cambio de género o conflicto ideológico con los grandes estudios. Autor, entre una veintena de películas, de algunas de las más famosas de los últimos 30 años (Alien, 1979; Blade Runner, 1982; Thelma & Louise, 1991; Gladiator, 2000), con ésta recula una vez más hacia la banalidad. Un buen año nos cuenta de un exitoso hombre de negocios (Max/Russell Crowe) que viaja a la francesa Provenza para tomar posesión de una casa con viñedo, heredada del sabio tío Henry (Albert Finney). De manera bastante absurda, se encarga personalmente de limpiar y acondicionar a velocidad supersónica casa, jardín y cancha de tenis, para venderla de inmediato al mayor precio posible. Pero (adivinen), los recuerdos de infancia, el sano erotismo gálico y los consejos póstumos del tío lo llevan a regalar millones e ilusiones para quedarse en el viñedo y casarse con la dueña del restaurante local. La falta de interés de fábula y personajes es compensada por el ejercicio de un montaje ultradinámico de escenas anodinas.


Ambretta Marrosu
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 30 de noviembre de 2006

miércoles, diciembre 13, 2006

Pacto infernal (The Covenant, 2006)

... es entretenida. Hay acción pero no demasiada, música estridente pero pasable y efectos especiales en beneficio de la trama. En este film de Renny Harlin se cuenta la historia de 4 jóvenes hechiceros que están a punto de llegar a la adultez y experimentan los conflictos de la adolescencia al tiempo que comienzan a sentir las restricciones de la vida adulta. Hasta aquí, la cosa todavía es pasable. Pero algo anda mal: los jóvenes brujos son los herederos de una antigua estirpe, sus poderes les llegan por vía paterna junto con un considerable patrimonio, deben casarse para poder transmitir tales dones a generaciones futuras, los conflictos se resuelven demostrando quién lo tiene más grande –es decir, a través de una competencia en que los poderes mágicos son usados para producir violencia y destrucción pero en beneficio de la ley. Demasiado patriarcal. Cuando las brujas son mujeres, como en The Craft, la historia suele ser diferente. Como máximo, pertenecen a la clase media y aprenden sus poderes con esfuerzo, por lo general mientras van desatando el caos a su alrededor. Así es más interesante.


María Gabriela Colmenares
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 30 de noviembre de 2006

miércoles, diciembre 06, 2006

¿Gran Cine?

Hace unos 10 años, bajo el dinámico empeño de Fernando Rodríguez (Cinemateca Nacional) con el apoyo de Bernardo Rotundo y Livio Quiroz, se creó Gran Cine, recuerdo criollo de las salas de arte y ensayo (A y E) europeas y uruguayas. Una alternativa frente al cine comercial, estas salas sólo presentan películas de calidad que no tienen cabida en los circuitos comerciales, no se proyectan cuñas ni trailers ni noticieros, no se permite tragar cotufas ni perros calientes ni refrescos. La Cinemateca trató de paliar el problema de la inexistencia en las distribuidoras de películas de gran calidad importando algunas películas. Eran muy pocas salas. Después el número fue creciendo. Las reglas rígidas de las salas A y E dejaron de respetarse. La Cinemateca se retiró y las películas que siguió importando junto con Amazonia (Gobierno) ¿por qué? no se exhiben en Gran Cine. Las otras salas no importan films. Se incorporaron salas francamente comerciales. La calidad bajó. El domingo pasado, por ejemplo, sobre 13 salas Gran Cine que anuncian en El Nacional 10 pasaban películas que también se exhiben en los cines comerciales. Las poderosas distribuidoras americanas también se adueñaron de este minúsculo nicho. ¿No hay nada que hacer?


Alfredo Roffé
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 30 de noviembre de 2006

martes, diciembre 05, 2006

Las Torres Gemelas (World Trade Center, 2006)

Horripilante macaurel con dos momentos sublimes. El sargento mayor retirado de los marines, Karnes, reza en una iglesia solitaria, ve fijamente la cruz y recibe un mensaje del Todopoderoso, rescatar vidas en el World Trade Center. Al final, cumplida la misión de salvar dos vidas, comenta “Vamos a necesitar gente muy capaz para vengarnos de esto”. El resto es más o menos pacotilla barata. Un pelotón de policías trata de evacuar personas pero todos ellos mueren menos dos que quedan atrapados bajo unos escombros. En una serie de planos conversan dándose ánimo y recordando en macabros flash-backs sus felices vidas con sus esposas, hijos, padres, etc. mientras otra serie alterna muestra el infernal desespero de las esposas, hijos, padres, etc. en sus confortables casitas americanas. Pero todo termina bien. Llega el enviado del Todopoderoso, Karnes, los encuentra y hace que los rescaten. Durante la proyección el fastidio produce un éxodo de espectadores pocas veces visto. Oliver Stone había sido un director bastante malo pero siempre polémico contra las instituciones. Pero aquí perdió hasta la vergüenza.


Alfredo Roffé
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 23 de noviembre de 2006

lunes, diciembre 04, 2006

El gran truco (The Prestige, 2006)

La película de Christopher Nolan es una nueva versión de la historia de dos hombres obsesionados con la idea de vencerse mutuamente, idea que los lleva a la destrucción de aquello que les es más querido y, finalmente, de ellos mismos. Algo así como Los duelistas (Ridley Scott, 1977), pero con dos magos empeñados en triunfar en Londres a principios del siglo XX. Michael Caine, en un papel secundario, inserta algunos momentos de humanidad e interés a lo largo de un film rutinario y predecible. Mucho montaje alterno, pues las vidas de los dos magos rivales transcurren separadas, con unos pocos encuentros que los juntan. También se suprime información narrativa, como la identidad del ingeniero de uno de los rivales, en beneficio de la supuesta sorpresa final. En la conclusión, se intenta dar una justificación –a través de la superioridad moral de uno de los contrincantes- a todo el despliegue de voluntad destructiva que ocupa las dos horas del film.


María Gabriela Colmenares
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 23 de noviembre de 2006