V de venganza (V for Vendetta, 2005)

Los hermanos Andy y Larry Wachowski, productores y guionistas de este film, suelen barnizar sus trabajos con una solemne trascendencia seudo filosófica. Recordemos la trilogía The Matrix (1999, 2003), repleta de argumentos místicos en un contexto cibernético y futurista. En V de Venganza los Wachowski y James McTeigue, su director contratado, asumen la ciencia-ficción con intenciones aparentemente políticas. La película muestra un régimen fascista inspirado en el nazismo, pues se ven cadáveres famélicos y rapados lanzados en fosas comunes, campos de concentración con experimentos biológicos sobre sujetos humanos, control total de los medios de comunicación por parte del Estado, un partido único controlado por un líder también único con el título de Canciller, persecución y exterminio de los opositores o de los transgresores a las normas. El móvil del vengador anónimo que funge de héroe no es la liberación del país sino la venganza, de allí que su método sea el terrorismo puro. Con todo y eso, es capaz de derrocar al régimen él solito, en un año y sin la ayuda de la heroína, una chica miedosa y delatora. El régimen fascista es derrocado en un show pirotécnico con asistencia de la masa en calidad de público boquiabierto y disfrazado. La música de Tchaikovsky acompaña el desarrollo de este evento que cierra el film. Para los Wachowski, la política no tiene nada que ver con la reflexión ni con la conciencia. Es puro sentimiento y espectáculo masivo.
María Gabriela Colmenares
Publicado en Ultimas Noticias el jueves 27 de abril de 2006